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Semana 02.

La primer semana había pasado y al menos seguían enteros. Taehyung, Hoseok y Yoongi ahora prácticamente vivían durante el día en el departamento con el rizado, a la noche cada uno regresaba a sus departamentos que, para su suerte, quedaban en el mismo edificio.

Jungkook no estaba en contra de la compañía.

Claro que Jungkook podía solo pero necesitaba tener adultos a su alrededor para cosas como mantener una conversación que no fueran puros balbuceos incoherentes. Por más que esos balbuceos le provocaran una gran sonrisa y una sensación cálida en su pecho.

Necesitaba también que alguien vigilara a Sungmin mientras él cocinaba, ordenaba o lavaba la ropa, no lo dejaría fuera de su vista o la de otro adulto después de que, hace unos días, lo perdió de vista unos segundos para dejar los platos sucios en la bacha y cuando regresó el pequeño ojiazul estaba colgando de una de las barandas de su corral intentando escaparse del mismo.

Una de las escenas traumáticas que, por común acuerdo con Sungmin, Jimin jamás sabría.

Estos días había descubierto que lugar ocupaba cada uno de sus amigos en torno al cuidado de Sungmin.

Taehyung era como su hermanito de igual o menor edad. Jungkook a veces se dirigía a ellos como "sus hijos" cuando necesitaba llamarles la atención. Kim parecía tener energía ilimitada, se paseaba todo el día jugando, corriendo y saltando con el pequeño y Jungkook se contenía de pedirle que se quedara quieto un rato solo porque Minnie parecía demasiado feliz con el chico.

Hoseok se puede representar como un hermano mayor. De a momentos se lo veía jugando a la par del dúo ojiazul y en otros se comportaba más serio y protector, retando a Taehyung cuando Sungmin tenía sueño y el rubio insistía en seguir jugando. En varios casos sorprendió a los otros 3 adultos presentes con acciones o datos sobre el cuidado de bebés que no conocían ni sabían que Hoseok sabía.

Y Yoongi... Yoongi, por decisión unánime —incluso Sungmin votó— fue declarado el abuelo del grupo. ¿Los cuatro adultos tenían la misma edad? Si. Pero el comportamiento serio de Min a veces era excesivo. Se mantenía alejado de los juegos con Sungmin en los que a veces hasta Jungkook participaba y cuando estaban pasando un programa interesante en el "History Channel" sin dudas nadie se atrevía a hablar. No desde la vez que derribó literalmente a Taehyung por estar corriendo frente al televisor durante "El precio de la historia".

Jungkook pensándolo bien no sabe hasta qué punto es útil tener al trío con él en el departamento. De a momentos si, ayudaban, cooperaban con Sungmin y hasta a veces le ayudaban con las tareas diarias de la casa. Pero había otros momentos, esos que eran más consecutivos, en los que sus tres amigos hacían parecer todo un real caos.

Como justo en este momento.

Al regresar de hacer unas compras, Jungkook se encontró con una escena que, si Jimin la viera, no quisiera estar presente en el momento que el ojiazul explote. Porque si, lo haría.

Y Jungkook quizás también.

—¿¡Pero qué carajo pasó aquí!? —gritó el rizado apenas abrió la puerta.

¿Su sala de estar? Ya no existía. Esa que hoy antes de salir había dejado completamente acomodada y limpia.

En su lugar se encontró con una postal digna de un post tornado.

Los dos sillones de tres cuerpos estaban de lado, enfrentados y dejando un gran espacio entre ellos. Dos sillones de un cuerpo estaban en las mismas condiciones solo que estos se encontraban entre medio de los dos más grandes retirados más atrás para no obstruir el espacio. Arriba de los sillones se encontraba... El colchón de su cama. Todo esto cubierto por distintos acolchados, frazadas y sábanas.

Hicieron un fuerte.

En el medio de su sala.

Ocupando cosas de los dormitorios que seguramente se encontraban igual de desastrosos que todo el lugar.

Definitivamente si Jimin estuviera presente los mataría.

Luego de hablar, tres cabezas se asomaron de entre las sábanas que funcionaban como puerta.

—Sigo esperando mis explicaciones —dijo el rizado cruzándose de brazos en frente al fuerte. Se veía realmente molesto.

—Hicimos... Esto es... Yoongi, tú habla —dicho eso Hoseok se adentró nuevamente en el fuerte.

—¡Fue idea de Taehyung! —dijo Min quien rápidamente copió la acción de Hoseok.

Jungkook dirigió su vista al rubio quien parecía realmente nervioso y asustado.

En el fondo el rizado estaba disfrutando la situación por lo que se puso totalmente firme y derecho pareciendo más grande —le agradecía la táctica a la escuela militarizada— y habló con la voz más grave y lenta que pudo.

—Taehyung, te escucho. Tienes dos minutos para explicarme qué mierda pasó con mi departamento, te aseguro que no quieres saber que te haré si no hablas.

—H‐Hola Jungkook, ¿t‐te dije hoy que luces muy bien? J-Jimin es un chico muy afortunado y...

—Taehyung no divagues, el tiempo corre —dijo el rizado manteniendo su postura firme y mirando el reloj donde, en realidad, nunca había puesto el cronómetro.

Jungkook con la intención de atemorizar aún más al chico se acercó lentamente sin desconectar su vista de él y en un rápido movimiento se agachó a la altura de Taehyung quien al ver la repentina acción soltó un pequeño grito y finalmente habló.

—¡NO FUE MI IDEA! ¡LO JURO! —gritó desesperado—. SUNGMIN ESTABA ABURRIDO Y LUEGO LOS SILLONES ESTABAN AL REVÉS Y LAS SÁBANAS Y ÉL...

Oh Sungmin.

—Taehyung —llamó el ojiverde.

—...ENTONCES YOONGI DIJO QUE HICIÉRAMOS UN FUERTE Y...

—¡Taehyung!

—...PERO HOSEOK CAYÓ JUNTO AL COLCHÓN Y...

—¡TAEHYUNG DETENTE! —gritó Jungkook esta vez estando verdaderamente molesto. Cuando Kim se quedó en completo silencio, habló nuevamente—. ¿Dónde está mi hijo?

Taehyung en completo silencio y con la mano temblando señaló detrás del rizado.

Jungkook se dio vuelta y se encontró con un fuerte más pequeño hecho con sillas y sábanas y un colchón más pequeño que, a diferencia de el de su cama, se encontraba en el piso.

Se acercó y cuando corrió una de las sábanas se encontró con el pequeño ojiazul bien arropado y totalmente dormido dentro del pequeño fuerte.

—Cuándo terminamos de armar el fuerte él se sintió cansado, se estaba durmiendo pero no quería ir a su habitación así que armamos un fuerte más pequeño y alejado solo para él así dormía tranquilo —dijo Kim aún con voz temblorosa.

Jungkook quería estar molesto, en serio. Pero ver a Sungmin durmiendo tan cómodamente en su pequeño fuerte y saber que sus amigos se preocuparon en que durmiera cómodo y tranquilo no se lo permitió.

Malditos, jugaron sucio.

Cubrió nuevamente el pequeño fuerte con la sabana y dirigió su vista al fuerte más grande donde ya no estaba Taehyung y la entrada estaba totalmente cubierta.

Se acercó sigilosamente lo más cerca que pudo para escuchar lo que murmuraban los tres chicos.

—¡Va a matarnos! —dijo Taehyung desesperado—. ¿Vieron su cara? ¡Va a matarnos! No puede... s‐soy demasiado joven y lindo para morir... ¡Esto es tu culpa, Yoongi!

No hará nada —interrumpió Yoongi—. Fue a ver a Minnie, seguro aún está ahí derritiéndose de ternura por el pequeño.

—¡Cierto! Debemos huir de alguna manera ahora que está distraído —dijo Hoseok—. Taehyung, asómate para ver si aún está con Minnie.

—¿¡Que!? Yo no, ve tú Yoongi.

Yo no voy a ir, Jungkook enojado me da terror —Min se adentró aún más en el fuerte—. Tú, tú Hoseok. Fuiste el primero en esconderte cuando él llegó, sal y averigua si aún esta ahí.

—¿¡Estás loco!? Yo no voy a salir, después de todo tú y Taehyung fueron los de la maravillosa idea —respondió Jung.

¡Fue idea de Taehyung!

—¡Y también tuya, y tú lo construiste! —contraatacó el rubio.

—¡Solo porque tú dijiste que no sabías cómo armar uno!

El rizado escuchaba toda la conversación intentando no largar una ruidosa carcajada por la nerviosa conversación que mantenían. Decidió que sería divertido jugar un poco más.

Sacó una de sus zapatillas y la lanzó al costado de uno de los sillones provocando un ruido similar al de una pisada.

—¡Mierda! —dijeron los tres al mismo tiempo.

Intentando no reírse imitó la acción lanzando su otra zapatilla para el lado opuesto de la anterior. Posiblemente se veían como niños en este momento y no como adultos de 25 años pero la situación era realmente entretenida.

Sintió unos leves gritos desde adentro del fuerte y decidió llevar a cabo la última parte de su plan. Se paró en frente a la "puerta" del fuerte sin hacer el más mínimo ruido y permaneció ahí.

—¿Dónde está ahora? —preguntó Hoseok.

¡Shhhh! Silencio, no puedo escucharlo —susurró Yoongi.

Esto es todo, va a matarnos. Chicos, los quiero mucho y si nos encontramos en otra vid...

El discurso de Taehyung fue interrumpido cuando Jungkook ingresó al fuerte de golpe sacándole un grito a los tres chicos. Segundos después comenzó a reír a carcajadas con lágrimas incluidas ante la escena que tenía en frente.

Kim estaba detrás de unos almohadones cubriéndose, inútilmente, con un acolchado que no alcanzaba a cubrir sus cabellos rubios.

A un costado Yoongi también estaba escondido... detrás de Hoseok, quien estaba inmóvil y con los ojos demasiado abiertos.

—Oh por Dios debería sacarles una foto, esto es realmente divertido —dijo el rizado entre risas.

—¿Divertido!? ¿¡DIVERTIDO!? ¡POR POCO ME MEO EN MIS PANTALONES, JEON! —exclamó Yoongi aún detrás de Hoseok.

—Shhh ya basta de gritos o despertarán a Minnie —dijo Hoseok en tono serio.

El rizado se sentó dentro del fuerte tomando aire para regular su respiración luego de reír descontroladamente.

—No puedo creer que desarmaran mi departamento para armar un fuerte —el ojiverde se cubrió la cara con ambas manos—. ¿Ya vieron lo que es fuera de aquí? ¡Es un total y completo caos!

—Tranquilo, ya ordenaremos todo nuevamente. ¿Podemos por el momento solo relajarnos aquí? Armar esto llevó demasiado tiempo y estoy exhausto —Taehyung se recostó sobre el suelo suspirando.

—Oh, ¿te sientes cansado, Tae? —preguntó Jungkook con voz inocente—. Imagina cómo te sentirás cuando terminen de organizar la sala y las habitaciones.

Taehyung estaba a punto de responder cuando unos suaves sonidos y balbuceos se hicieron presentes fuera del fuerte. Unos segundos después Sungmin apareció de entre las sábanas gateando un tanto adormilado.

—Hola bebito, ven con papá —llamó Jungkook abriendo los brazos para el pequeño ojiazul quien rápidamente se encaminó hacia él subiéndose a su regazo y escondiendo su carita adormilada en el cuello del rizado—. ¿Cómo estuvo esa siesta? Los tíos hicieron un lindo fuerte para ti, ¿no?

—Claro que lo hicimos y por eso papá no nos matará, ¿verdad Minnie? —preguntó Taehyung.

—Papá lo hará si para la noche el departamento no luce exactamente como lo dejé antes de salir —aclaró Jungkook—. Taehyung, no uses mi hijo para chantajearme, él está de mi lado.

—Él parecía realmente feliz cuando empezamos a mover las cosas. Creo que estaría feliz si dejamos todo así —dijo Hoseok defendiéndose—. Obviamente nuestro sobrino está de nuestro lado.

—Tal vez si, pero, ¿saben quién no estará feliz? Jimin cuando le muestre las fotos de lo que hicieron aquí.

—No lo harías —interrumpió Yoongi con verdadero miedo.

—¿Quién dice que no lo he hecho ya? —preguntó divertido Jungkook—. Voy a sentarme a ver como los tortura cuando esté de regreso.

—¿Ya les dije que estaré fuera del país en unos días? ¡Que casualidad! —sonrió falsamente Taehyung tratando de ocultar el miedo.

—¿Me llevas? —preguntaron Yoongi y Hoseok al unísono.

—No huyan, cobardes —Jungkook comenzó a reír—. Y bien, ¿qué se supone que haremos ahora?

—No lo sé, ¿qué hacíamos en los fuertes del campo militar? —pregunto Yoongi.

—Tomar cervezas, fumar y hablar de sex... —Taehyung se vio interrumpido por la mano de Hoseok sobre su boca.

—Si, resulta que en ese entonces no había un Sungmin entre nosotros. Controla tus palabras Kim —interrumpió Jung—. ¡Tengo una idea! —sin más salió del fuerte dejando a los tres adultos intrigados. Unos minutos después regresó con cuatro cajas de jugo con sus respectivos sorbetes—. Puede haber un leve cambio —dijo repartiendo las cajas de jugo—. Alguien tiene problemas para conversar, esos como, ¿han visto el precio de las cosas? ¡Es una locura!

—Oh ni me lo digas —el rizado tomó un sorbo de jugo y continuó—. Al menos ustedes no compran pañales.

Los otros tres asintieron con un gesto entendiendo a que se refería el ojiverde.

Continuaron así durante un tiempo, bebiendo jugos de manzana y compartiendo "conversaciones de adultos responsables" mientras Sungmin dormía profundamente sobre el hombro de Jungkook.

Más tarde cenaron dentro del fuerte con un Sungmin realmente emocionado por la idea admirando todo con ojitos brillantes y riendo fuerte cada vez que alguno de los adultos presentes hacía alguna payasada para él.

Mañana ordenarían el desastre.

✧✦✧

Jungkook se levantó realmente entusiasmado contagiando de su alegría al pequeño Minnie que reía y aplaudía con sus manos cuando el rizado los hacía dar un giro al ritmo de la música de fondo mientras preparaban el desayuno.

Hoy se cumplía una semana y cinco días exactamente desde que Jimin se fue y ambos Jeons no podían extrañarlo más, por lo que, hace unos días, cuando habló con el ojiazul mayor no pudo evitar entusiasmarse exageradamente cuando le contó que hoy tendrá medio día libre y podrían, por fin, hacer una videollamada.

El rizado intentó explicarle a Sungmin sobre cómo verían a Jimin a través del teléfono pero era un caso perdido. Cada explicación terminaba con un pequeño Minnie con el ceño fruncido al no entender que le decía su papá y con un Jungkook de la misma manera al no entender que balbuceaba el castañito.

—Muy bien, bebito luego de desayunar iremos a bañarnos para estar bonitos al momento de ver a mami, ¿si? —habló el rizado mirando a Sungmin comer—. Aunque para ti no es difícil verte bonito, mírate. Tienes yogurt hasta en el pelo y aún así eres la cosita más tierna que he visto —dijo riendo.

Minnie lo miró sonrojado y sonriendo, puede que aún no entendiera muy bien lo que Jungkook le decía pero sin dudas sabía que eran palabras de afecto por la voz dulce y la mirada brillante de su papá.

El pequeño ojiazul adora ser mimado, se ponía realmente feliz cuando notaba el cariño de alguna persona hacia él y en especial si era de parte de sus padres aunque se sonrojaba aún más cuando era Jungkook quien le hablaba.

Luego de un extenso desayuno, Jeon preparó la bañera para Sungmin, el pequeño se removía ansioso al ver el agua cayendo y las burbujas formándose ahí.

Una hora después, ambos se encontraban sobre el sofá de la sala —los cuales luego de dos días ya se encontraban en su lugar— esperando a que el teléfono del rizado sonara anunciando la llamada de Jimin.

Jungkook no podía estar más ansioso por la llamada y Sungmin... bueno, Sungmin no sabía muy bien que estaba pasando pero igualmente estaba muy atento.

Unos minutos después el teléfono del rizado sonó.

Se acomodó al lado de Minnie quien miraba atentamente el teléfono y finalmente, luego de tomar una gran bocanada de aire contestó.

Luego de unos segundos la imagen de Jimin se hizo presente revelando al castaño quien se veía completamente hermoso con un ambo color celeste pastel, sus cabellos un tanto despeinados y unas leves ojeras.

—¡Hola, mis amores! —sonrió en grande al ver a su pequeña familia del otro lado del teléfono—. No puedo creer que por fin los veo. ¡Los extraño demasiado! —dijo con un tono melancólico.

—¡Hola amor! Nosotros también te extrañamos, ¡muchísimo! ¿No es así, Minnie?

Ambos centraron su vista en el pequeño ojiazul quien parecía realmente sorprendido ante la imagen del teléfono. Sus ojos estaban abiertos al igual que su pequeña boca mientras miraba a Jimin.

Hola bebito, mami te extraña demasiado —dijo Jimin haciendo que Sungmin se sorprenda aún más.

—¿Mma? —preguntó el pequeño a Jungkook con voz y expresión de real sorpresa.

—Si bebé es mami, está ahí y puede vernos, puede verte —explicó Jeon sonriendo.

El pequeño dirigió su vista nuevamente hacia el teléfono donde Jimin miraba cariñosamente las acciones de su hijo y estiró su pequeño bracito para agarrar la mano de su papá. Jungkook dejó que el pequeño curioseara tanto como quisiera. Sungmin giró la mano del rizado buscando detrás del teléfono y frunció fuertemente su ceño al ver que ahí no había nada.

Ambos adultos rieron fuerte al notar que Minnie trataba de encontrar al castaño ahí detrás.

—Intenté explicárselo haciendo una videollamada con Taehyung e hizo exactamente lo mismo —comentó el rizado riendo.

Hablaron durante casi tres horas, Jimin contándole sobre cómo estaba todo en el campo militar, cuales eran sus tareas ahí, sobre sus compañeros de trabajo y Jungkook le contaba cosas como el día que le agregó jabón de más a la ropa y tuvo que lavarla tres veces más para quitárselo o como Yoongi cayó con uno de sus sillones encima el día que ordenaron todo el desastre del fuerte.

Sungmin al oír la mención del fuerte comenzó a balbucearle a Jimin cosas imposibles de entender para el rizado, una vez que el pequeño terminó con un aplauso su relato, Jimin le tradujo a Jungkook lo que el pequeño ojiazul había contado. Sungmin aún estaba tan asombrado por la cena dentro del fuerte que esa fue la historia que contó.

Un tiempo después Jimin comenzó a bostezar disimuladamente aunque sus ojos delataban que, efectivamente, tenía sueño.

—Te ves muy cansado, Jim —comentó el ojiverde.

Lo estoy. Mi turno de hoy comenzó a las 4 de la mañana —bostezó—. Y hoy el día estuvo realmente ocupado.

—Deberías ir a dormir, amor.

No —el ojiazul hizo un puchero—. Estoy hablando con ustedes y los extraño mucho y no necesito dormir, nadie necesita dormir —comenzó a divagar con voz adormilada y sus ojos apenas abiertos.

—Tengo una idea —dijo el rizado mirando a Sungmin que comenzaba a dormirse sobre su pecho—. ¿Qué tal si los tres nos vamos a dormir? —vio la cara de confusión de Jimin y continuó—. Podemos dejar el teléfono sobre la cama y no cortar la llamada hasta dormirnos, ¿qué te parece?

—Me parece una genial idea, amor —respondió con entusiasmo el ojiazul—. Voy a cambiarme y regreso.

—Está bien, yo iré a acomodar a nuestro bebito mientras —el rizado se encaminó a su habitación con el pequeño ojiazul ya dormido en sus brazos.

Unos minutos después los tres ya estaban acomodados, Jimin sobre su cama con el teléfono apoyado en una almohada y Jungkook igual pero con Sungmin entre medio de él y el teléfono.

Que duerman bien —Jimin trataba de mantener sus ojos abiertos—. Los amo muchísimo.

—Y nosotros a ti, amor —dijo Jungkook besando una de las manitos de Sungmin que descansaban a los lados de su cabeza, hechas puño—. Descansa pequeño.

Mm, ¿eso fue para mí o para Minnie? —preguntó Jimin con los ojos cerrados.

—Para ambos, mis pequeños —sonrió.

Apenas unos minutos después Jimin quedó profundamente dormido con una linda sonrisa sobre sus gruesos y rosados labios. Jungkook se dedicó a admirar al par ojiazul durmiendo durante un largo tiempo hasta que el sueño ya no se lo permitió.

Antes de dormirse abrió sus ojos una vez más admirando la linda imagen de los amores de su vida durmiendo profundamente, dio un fuerte suspiro y, rindiéndose ante el sueño, se durmió.

Solo 16 días más.

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